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El deporte femenino es un derecho y un vector de ciudadanía plena y ya es hora de que se vayan superando muchos estereotipos en la sociedad

El deporte femenino es una de las mejores expresiones del derecho a la igualdad y a la libertad de las mujeres y las actividades deportivas organizadas o promovidas desde las Administraciones Públicas deben fomentar la participación y favorecer la igualdad real y efectiva de oportunidades para las mujeres. En este sentido el Grupo Socialista en el Cabildo ha presentado una moción institucional al Pleno de la Corporación para definir una estrategia clara, sin exclusiones, por la igualdad de trato a las mujeres deportistas.

En la moción presentada el PSOE define como objetivo la igualdad de oportunidades que debe tender a la supresión de las barreras entre el deporte llamado masculino y el deporte llamado femenino. Así mismo se insta a los poderes públicos en general y al Cabildo Insular en particular a garantizar a hombres y mujeres las condiciones de igualdad en cuanto a acceso a la práctica deportiva en todos los niveles y en todas las etapas de la vida, evitando la discriminación por razones de género.

También se insta a las federaciones a garantizar la igualdad de acceso de las mujeres y de los hombres al estatuto de atleta de alto nivel, garantizando los mismos derechos y los mismos ingresos, y eso incluye fomentar la participación de las mujeres en las funciones de árbitro y de juez e instaurar la coparticipación en las comisiones médicas y en los comités de selección.

Los medios de comunicación también deben serrines involucrados y velar por la cobertura equilibrada del deporte femenino y masculino, así como por una representación no discriminatoria de las mujeres. Una prioridad a tener en cuenta será la eliminación de los estereotipos sexistas en el deporte.

El Grupo Socialista se hace eco con esta moción institucional de la propuesta de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) en beneficio del deporte femenino conforme a lo que se estipula en la Constitución Española, en su artículo 14, que recoge el principio de no discriminación, y en su artículo 9.2 legitima acciones positivas de actuación para que los poderes públicos promuevan condiciones para la igualdad, real y efectiva y se remuevan los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud. La desigualdad explícita existente entre hombres y mujeres ha ido generando en España un amplio marco normativo y concienciando, a la vez, a todos los poderes públicos para que se pongan en marcha las medidas necesarias que hagan posible la igualdad, saliendo al paso de aquellas situaciones de desigualdad identificadas y acabando con toda forma de exclusión y discriminación.

Consecuentemente, y en esto se fundamenta nuestra moción, los poderes públicos como el Cabildo Insular deben garantizar que todas las mujeres tengan acceso al deporte y a la actividad física, contribuyendo a un cambio progresivo en la cultura y en los sistemas deportivos; propiciando una mayor inclusión, seguridad y respeto; ayudando a superar las barreras personales y sociales; propiciando la cultura de la igualdad en las competiciones y en los entrenamientos.

Además, atendiendo a las consideraciones de la Resolución del Parlamento Europeo sobre las mujeres y el deporte, debemos tener presente que:

• La Declaración del Consejo Europeo de Niza estipula la necesidad de tener en cuenta el carácter específico y las funciones sociales, educativas y culturales del deporte.

El acceso a la práctica deportiva es un derecho y un vector de ciudadanía y de solidaridad.

La práctica de actividades físicas y deportivas constituye un medio privilegiado de reeducación y un instrumento de integración, por lo que se debe velar para que las personas de ambos sexos puedan gozar plenamente de su derecho a participar en todos los deportes y en igualdad de condiciones.

El deporte es un espacio de libertad para las muchachas y las mujeres de todas las edades y para su emancipación.

A pesar de la supresión de las prohibiciones legales al acceso de las mujeres a las prácticas deportivas, éstas siguen practicando menos deporte que los hombres, se distribuyen desigualmente según la naturaleza de los deportes y siguen estando infrarepresentadas en la gestión y en toma de decisiones.

La práctica deportiva entre la juventud debe aceptar el reto de crear igualdad a partir de la diferencia de los cuerpos.

Las deportistas de alto nivel no se benefician de la igualdad de trato con relación a sus colegas masculinos en los que respecta a ingresos y recursos financieros, así como en materia de reinserción profesional.

Los medios de comunicación dispensan poca cobertura mediática del deporte femenino, así como un trato socialmente discriminatorio y sexualmente estereotipado.